Nuestra Señora de la Amargura es una imagen de la Virgen María que representa el dolor y la tristeza, pero también la esperanza y la fe.
El Cristo de la Buena Muerte es una representación de Jesucristo en su momento de mayor sufrimiento, simbolizando el sacrificio y la redención.
Ambas imágenes son veneradas por los fieles y forman parte de la tradición religiosa de la Semana Santa en nuestra comunidad.
La devoción hacia estos titulares es una expresión de la espiritualidad y la cultura local, y su presencia en las procesiones es un momento de gran solemnidad y recogimiento.
La imagen de la Virgen de la Amargura, con su manto burdeos y su rostro sereno, evoca una profunda conexión emocional con los creyentes, mientras que el Cristo de la Buena Muerte, con su cruz y su expresión de dolor, invita a la reflexión sobre el sacrificio y la redención.
Ambas figuras son un símbolo de la fe y la tradición, y su veneración es un acto de amor y respeto hacia la historia y la espiritualidad de nuestra comunidad.